A consecuencia de la pandemia, más del 25% de micro y pequeños empresarios de Huancavelica ha quebrado, mientras que otros han tenido que cambiar de rubro, afirmó el presidente de la Cámara de Comercio de Huancavelica, Mariano Aguilar Quispe.

“En la región de Huancavelica más del 92% de empresarios son informales y la mayoría son microempresarios. Muchos de ellos han tenido que cerrar sus negocios porque se han descapitalizado debido a que siguieron manteniendo alquileres, sueldos, deudas bancarias, entre otros gastos. La economía en la región se ha paralizado”, señaló.

Si bien se han reanudado algunas actividades en Huancavelica, no son suficientes para reactivar la economía de una de las regiones más pobres del país.

“Ya se han empezado a reactivar algunos sectores como el gastronómico a través del delivery, pero esa modalidad no es suficiente para que un negocio subsista, lo que está ocasionando que haya una mayor desocupación. En tanto el movimiento de los sectores turismo y hotelería es mínimo, así como el de artesanía, ya que si no hay mercado tampoco puede desarrollarse de manera sostenible esta actividad”, expresó Aguilar Quispe.

A esto se suma que durante el Estado de Emergencia más de 11,000 huancavelicanos retornaron a su región desde otras partes del país, principalmente de Lima, a raíz de la paralización de las actividades.

“La mayoría de personas que sale de la región lo hace para buscar mejores oportunidades de empleo, pero por la circunstancia de la cuarentena han retornado a la región. Producto de ello, aumentará la informalidad y el comercio ambulatorio. Esa es la preocupación”, indicó.

En ese sentido, el titular del gremio empresarial sostuvo que es necesario que se reactiven más sectores económicos para que empiecen a generar ingresos. Asimismo, que se simplifiquen los protocolos de acuerdo a la situación de cada región y sector.

“Las principales actividades que sustentan nuestra economía son los servicios y el sector alpaquero que concentra a más de 6,000 productores, que ahora están en pérdida porque mayo y junio son meses altos en producción de lana, pero no hay compradores y ahora están rematando sus productos. Hay muchas familias que viven de esta actividad. Necesitamos que se reactiven los principales sectores económicos en la región”, señaló Aguilar Quispe.