Rompimiento de cadena de pagos agudizaría recesión de la economía
La Comisión de Defensa del Consumidor del Congreso de la República inició el debate de un predictamen de una ley que dispone la suspensión o congelamiento del cobro de los créditos hipotecarios, créditos personales, tarjetas de crédito, fideicomiso, capital de trabajo y todo tipo de endeudamiento contraídos por personas naturales con los bancos y financieras, casas comerciales, cooperativas de ahorro y crédito, por el plazo de 120 días calendarios, sin aplicar moras, multas en intereses, ni afectar la calificación crediticia.
Si bien el objetivo es brindar un alivio a los deudores, en medio de la crisis generada por la pandemia del Covid-19, la experiencia nos muestra que este tipo de medidas tienen efectos nocivos, señala la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS).
Indica que las moratorias, congelamientos o períodos de gracia generalizados lo que hacen es liberar de obligación de pago a todos los deudores, incluidos aquellos que pueden cumplir con sus obligaciones, deteriorando la cultura de pago y ocasionando el rompimiento de la cadena de pagos.
“Preservar la cadena de pagos, lo que a su vez permite cautelar la cultura de pago y la estabilidad del sistema financiero y de la economía, es fundamental en situaciones como las que atraviesa el país actualmente. Ese fue el objetivo de la SBS, en marzo pasado y días antes del inicio de la cuarentena, al facultar a las entidades financieras a reprogramar los créditos de los deudores (personales naturales y empresas)”, sostiene la entidad.
Detalla que desde el primer día de la emergencia sanitaria nacional, al amparo de los oficios múltiples de la SBS, las entidades financieras vienen reprogramando los créditos de sus clientes que han visto comprometida su capacidad de pago durante la emergencia sanitaria nacional, a quienes se les viene otorgando períodos de gracia, postergación de cuotas, deuda revolvente de tarjeta de crédito convertida en deuda en cuotas a menor tasa, etc., y todo ello sin afectar su clasificación de riesgos. Algunas entidades no han cobrado intereses en las reprogramaciones, otras sí lo hicieron (menores a los inicialmente pactados en algunos casos). Es importante tener presente que los intereses son los principales ingresos de las entidades del sistema financiero, por lo que dejar de cobrarlos en las reprogramaciones depende de la fortaleza de cada entidad.
Impacto
De acuerdo a la SBS, de aprobarse las iniciativas del Congreso de la República, la situación sería más crítica en aquellas entidades financieras que atienden, fundamentalmente, a provincias, donde muchas veces se constituyen en la única fuente de acceso al financiamiento de las mypes de esas zonas, informales en su mayoría. Los pobladores de estas zonas no solo se verían privados de servicios financieros y de la oportunidad de contar con el financiamiento necesario para poder salir de la situación de vulnerabilidad económica que esta crisis sanitaria va a dejarles, sino que verían afectados sus ahorros.
Advierte que también se estaría afectando de manera significativa a las entidades especializadas en crédito de consumo. Suspender o congelar el pago de préstamos personales a este tipo de entidades representa la pérdida de su única fuente de ingresos. Estas entidades financieras deben generar ingresos para cubrir sus costos fijos, administrativos y de personal, así como para pagar los intereses a los depósitos de sus ahorristas. Sin la posibilidad de generar ingresos durante un período de tiempo, su viabilidad se vería seriamente comprometida.
“El sector microfinanciero también enfrentaría problemas. La dependencia de los ingresos de créditos personales y los costos administrativos y de personal -que se caracterizan por ser muy altos en el negocio de las microfinanzas y de créditos de consumo-, ocasionaría que, salvo algunas excepciones, la mayoría de estas entidades reporte pérdidas significativas. Sin ingresos que les permitan cubrir sus gastos financieros (las entidades microfinancieras pagan las más altas tasas de interés por depósitos) y no financieros (son intensivas en mano de obra), no podrían seguir operando”, señala.
Proyecciones realizadas por la SBS muestran que este tipo de medidas podrían ocasionar la quiebra de aproximadamente 26 entidades financieras, lo que afectaría a seis millones de depositantes, quienes les confiaron sus ahorros por alrededor de S/ 19,000 millones. De este monto, S/ 14,900 millones están cubiertos por el Fondo de Seguro de Depósito (FSD), cuyos fondos ascienden actualmente a S/ 4,900 millones. También significaría que 152 provincias (el 75% de provincias del Perú) y que millones de peruanos dejarán de tener acceso a servicios financieros; y, además, tendría un fuerte impacto en el empleo, pues dejaría a 32,000 familias sin una fuente de ingresos.
Conclusiones
La pandemia del COVID-19 ya está causando un fuerte impacto en el sistema financiero. El incumplimiento de obligaciones de deudores afectados en su generación de ingresos, así como las reprogramaciones de un alto porcentaje de su portafolio de créditos tanto de personas como de empresas, ya está ocasionando una disminución de ingresos importantes, afirma la entidad.
“Es importante destacar que, en medio de esta crisis y un estado de emergencia que aún no culmina, las entidades financieras vienen teniendo cobranzas de créditos personales en porcentajes variados, que estuvieron en abril y mayo entre el 20% y el 40%, con tendencia al alza en los meses siguientes, en la medida que distintos sectores se van incorporando a la actividad económica post - estado de emergencia. Con esa cobranza fuertemente mermada, la utilidad acumulada y los colchones de liquidez, las entidades financieras vienen afrontando sus gastos (financieros y no financieros) con la expectativa de ir mejorando progresivamente con el resto de la economía, en los meses que restan del año”, indica.
De acuerdo a la SBS, una moratoria en el pago de préstamos personales o congelamiento de intereses asfixia a las entidades financieras dependientes de este tipo de préstamos, incentivando inclusive a los que venían pagando a que dejen de hacerlo. Aplicar este tipo de medidas, moratorias en el pago de cualquier tipo de obligación, si bien da alivio a los deudores del sistema financiero en el corto plazo, termina de romper la cadena de pagos, haciendo que la recesión sea aún más profunda y de consecuencias nefastas para la sociedad en su conjunto. Además, no se podrían continuar con los esfuerzos de incluir a más peruanos en el sistema financiero.
Sostiene que el objetivo es lograr que todos los agentes económicos retomen sus actividades y el pago de obligaciones de manera paulatina, siendo crucial que los que puedan pagar sus obligaciones lo hagan y así preserven su historial crediticio, el cual les permitirá seguir accediendo a créditos en mejores condiciones. Es indispensable cautelar la cultura de pago que se ha ido construyendo a lo largo de décadas de trabajo continuo y seguir ofreciendo alternativas de desarrollo a todos los peruanos.
“Es importante entender que, si actuamos con responsabilidad, la economía se reactivará gradualmente y, con ello más empresas volverán a operar y más personas recuperarán sus empleos. Pero si se aprueban leyes sin tomar en cuenta sus consecuencias económicas en el mediano y largo plazo, tendremos una recesión profunda y prolongada, con mayor desempleo y mayor pobreza”, refiere la SBS.