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FMI: Políticas fiscales para la recuperación tras la COVID-19

Mayo 19 / 2020

Las políticas fiscales han aportado un importante sostén de emergencia para las personas y las empresas durante la pandemia de COVID-19, señala un artículo del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Asimismo, advierte, son invalorables para aumentar la preparación de un país a fin de dar respuesta a una crisis y ayudar durante y después de la recuperación.

“Cuando finalmente cese el Gran Confinamiento, la posibilidad de una fuerte recuperación económica que beneficie a todos dependerá de redes de seguridad social mejoradas y un apoyo fiscal generalizado. Esto incluye inversión pública en atención de la salud, infraestructura y cambio climático. Los países con altos niveles de endeudamiento tendrán que equilibrar cuidadosamente el apoyo fiscal a corto plazo para la etapa de recuperación con la sostenibilidad de su deuda a largo plazo”, recomienda el FMI.


Redes de seguridad social

La pandemia ha demostrado el grado de vulnerabilidad de las personas y ha servido como llamada de atención. En respuesta, los países han ampliado temporariamente las prestaciones de desempleo y las redes de seguridad social en diversos grados, señala el artículo.

De acuerdo al FMI, los atributos que debe tener una buena red de seguridad social son, en primer lugar, dar una amplia cobertura y prestaciones adecuadas para grupos vulnerables con un criterio progresivo, es decir, prestaciones más generosas para los más pobres. En segundo lugar, preservar los incentivos del trabajo y ayudar a los beneficiarios a encontrar empleo, obtener prestaciones de salud y acceder a educación y capacitación. Y, en tercer lugar, tratar de evitar una red compleja y fragmentada de programas de protección social que termine siendo más costosa y no beneficie a las personas de un modo justo y sistemático.

Indica que las redes de seguridad social podrían permitir una mejor redistribución si una mayor proporción del 20% más pobre de la población recibe más prestaciones en relación con el 20% más rico.


Políticas discrecionales

“Para ayudar a que las empresas vuelvan a contratar trabajadores después de la pandemia, los gobiernos podrían planificar recortes temporarios en el impuesto sobre la nómina para incentivar la contratación. Para estimular el gasto de consumo, pueden aplicarse reducciones del impuesto al valor agregado acotadas en el tiempo o utilizarse vales de consumo. Pueden acelerarse los proyectos de inversión de menor magnitud”, señala el FMI.

En términos más generales, indica, los países pueden anticiparse legislando medidas que se activen automáticamente durante contracciones, por ejemplo, algunas prestaciones sociales o desgravaciones tributarias. De esta forma, el apoyo fiscal tan necesario llegaría a la gente más rápido. Al mismo tiempo, el alcance del apoyo depende de la capacidad de un país para financiar estas medidas.


Inversión

De acuerdo al FMI, se necesita una inversión pública de calidad en sistemas de salud que protejan a las personas y minimicen los riesgos de epidemias en el futuro. Otras prioridades incluyen infraestructura, tecnologías verdes como la energía solar y eólica y avances en otros Objetivos de Desarrollo Sostenible, tales como la educación y el acceso a agua potable y sanidad.

“En vista del largo período de ejecución que caracteriza a los proyectos de capital como carreteras, puentes y energía no contaminante, los gobiernos deben comenzar ya mismo a revisar los proyectos de inversión. Esto les dará tiempo para resolver cuellos de botella y preparar un conjunto de proyectos listos para ejecución que puedan ponerse en marcha tan pronto como el Gran Confinamiento llegue a su fin”, refiere.


Deuda pública

El informe señala que apoyar la recuperación con herramientas fiscales mientras se gestionan niveles de deuda pública más elevados requiere de un delicado equilibrio. La pandemia y sus consecuencias económicas, junto con las respuestas dadas por las políticas, han contribuido a un importante aumento de los déficits fiscales y coeficientes de deuda pública.

“Cuando la pandemia remita y la economía se recupere, se espera que los coeficientes de deuda pública se estabilicen, aunque en nuevos niveles, más altos. Si la recuperación demora más de lo previsto, la dinámica de la deuda podría ser más desfavorable. A medida que cede la pandemia, los países pueden apuntalar su reactivación económica con la mirada puesta en promover planes de reforma creíbles a mediano plazo”, recomienda el FMI.