Noticias

Contención y reactivación de la economía peruana

Mayo 06 / 2020

Frente a la coyuntura actual, el Instituto Peruano de Economía (IPE) mantiene su estimado de que entre 50% y 55% del PBI se encontraría paralizado durante el periodo de emergencia, señaló el Centro de Investigación Empresarial (CIE) de PERUCÁMARAS.

Un reciente informe de la Universidad San Ignacio de Loyola, que recoge las intervenciones de destacados economistas peruanos, señala que gracias a un manejo macroeconómico responsable el país hoy tiene el ahorro y el respaldo para encarar esta coyuntura en mejor posición que la mayoría de países en América Latina.

El presidente ejecutivo del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), Luis Carranza Ugarte, advirtió que los países que dependen más de la venta de materias primas, el turismo y tienen una mayor informalidad serán los más afectados.

Señaló que debido a que los países latinoamericanos dependen de las materias primas, los más afectados serán aquellos que exportan hidrocarburos; en segundo lugar, los que exportan minerales. En este caso, indicó, el Perú no se vería muy afectado porque es polimetálico; además el oro, como activo de refugio, ha mejorado su cotización frente al resto de metales que han caído. Por otro lado, destacó que los productos agropecuarios han sido los menos afectados dentro de los commodities, sector que ha sufrido en menor medida el impacto de esta pandemia.

Asimismo, la mayoría de economías dependen mucho del turismo, sector que será uno de los más afectados y que demorará en recuperarse.

En tanto, en América Latina, países como Perú y Bolivia tienen alta informalidad frente a otros como Chile o Uruguay. Esta situación complicaría el apoyo del Gobierno a los sectores más vulnerables, toda vez que es mucho más fácil acceder a las personas que están vinculadas a una empresa formal que a los independientes.

“Esta crisis de la pandemia del COVID-19 sorprende a los países de la región con grandes diferencias en sostenibilidad fiscal. En el caso del Perú y de otras economías se tiene una sólida posición fiscal que permitirá afrontar lo difícil de la crisis y apoyar la recuperación”, expresó.

La segunda fase es durante la crisis. Señaló que es importante continuar con lo que se viene haciendo en la primera fase y cuidar dos aspectos cruciales: sostener el sistema financiero y que no se rompa la cadena de pagos, clave para no perder el nivel de empleo formal que se ha logrado en los últimos años.

Carranza Ugarte mencionó que la tercera fase es la recuperación. Para ello, se debe atender tres temas importantes. El primero, las políticas de demanda de reactivación, las cuales ahora no funcionan debido a que la oferta está paralizada y para ello se debe de esperar el momento oportuno (en la fase de recuperación) y tener un soporte fiscal. Segundo, los sectores más vulnerables, los cuales, no todos podrán conectarse al proceso productivo debido a los cambios en los patrones de consumo, principalmente son: Turismo, centro comerciales y espectáculos. Finalmente, un aspecto importante será la inversión privada porque si el proceso termina mal y afecta las expectativas, el proceso de recuperación post crisis será más lento.

Para el exministro de Economía, Alfredo Thorne Vetter, esta crisis ha permitido desvelar la debilidad institucional que existe en el país, y que es donde están las bases para las reformas futuras.

Ello debido a que el sistema de salud ha sido rebasado, así como el sistema de protección social, el cual ha retrocedido. Y más preocupante aún la informalidad.

“Uno de los grandes riesgos de esta crisis no solamente es que se informalice la economía, sino que la economía formal, es decir, estos cerca de tres millones y medio de trabajadores de la PEA, pierdan sus trabajos y se informalicen. Los estimados dicen que alrededor de 600 mil trabajadores formales van a perder sus trabajos”, advirtió.

Thorne Vetter estimó que la economía privada caerá más del 10%, tanto en inversión como en consumo, con tasas de entre el 10% y el 15%, sobre todo hasta mayo. En ese mismo periodo, el sector público contribuiría con casi 12 puntos porcentuales.

Por otro lado, señaló que tendremos una economía mucho más anclada en la innovación y en la digitalización, lo que obligará a bancarizar a una buena parte de la población, y para ello se necesita trabajar en nuevas tecnologías.