NOTICIAS

Universidad pública y empresa: Obras por Impuestos

Julio 22 / 2019
Oscar Ecos Benavides, asesor Legal de Obras por Impuestos de la Dirección de Inversiones Descentralizadas de ProInversión

Si hablamos de la relación entre la empresa privada y la universidad pública, podemos atrevernos a decir que ha sido una relación marcada más por las diferencias y con pocas oportunidades de acercamiento. La poca generación de relaciones de confianza, principalmente con vocación de permanencia, es uno de los mayores retos de esta relación, tanto para la universidad pública como para la empresa privada.

Mediante la Ley N° 30056, publicada el 2 de julio de 2013, se incorporó la novena disposición complementaria y final de la Ley N° 29230, Ley que impulsa la inversión pública regional y local con participación del sector privado, incluyendo a las universidades públicas “que reciban recursos provenientes del canon, sobrecanon y regalías mineras, en lo que les sea aplicable (…)”.

La inclusión de la universidad pública dentro del mecanismo de Obras por Impuestos constituye, en primer lugar, una oportunidad para fomentar y solventar las relaciones de confianza entre la empresa privada y la universidad pública; en segundo lugar, da una posibilidad adicional para encontrar puntos en común entorno a inversiones que puedan generar un impacto en la sociedad, la calidad educativa y la productividad.

En tal sentido, tenemos inversiones que, por su efecto multiplicador, pueden contribuir a generar los impactos deseados. Así, la innovación tecnológica y la investigación aplicada son inversiones que no deben ser pasadas por alto. La primera implica la creación, desarrollo, uso y difusión de un nuevo producto, proceso o servicio, y los cambios tecnológicos significativos de los mismos; mientras que la segunda es la aplicación de los resultados de la investigación o de cualquier otro tipo de conocimiento científico a un plan o diseño en particular para la producción de materiales, productos, métodos, procesos o sistemas nuevos, o sustancialmente mejorados, antes del comienzo de su producción o utilización comercial.

Ambos tipos de inversiones pueden alinearse fácilmente a las necesidades, intereses y competencias de la universidad pública y de la empresa privada, solo basta dar una mirada fuera de la caja sobre este tipo de inversiones y ponerse a trabajar sobre ello.

Ello se vio reforzado, el 7 de julio de 2019, con la publicación del Decreto Supremo N° 207-2019-EF, que fija los topes máximos de capacidad anual para gobiernos regionales y locales, así como para las universidades públicas para la emisión de Certificados de Inversión Pública Regional y Local-Tesoro Público-CIPRL. Así tenemos que para el año 2019 más universidades públicas pueden hacer uso de esta modalidad de inversión pública, sumando una capacidad global de S/ 956 millones aproximadamente, monto bastante importante si lo comparamos con los S/ 736 millones del año 2018.

Con esto la oportunidad que hemos mencionado se vea reforzada y ha quedado en evidencia que durante más de cinco años viene existiendo el canal para que las empresas privadas y las universidades públicas encuentren un punto en común con un enfoque basado en la confianza y en los resultados que generen impactos en la sociedad.

En ese sentido, las universidades públicas y empresas privadas deben tomar en cuenta la Política Nacional de Competitividad y Productividad (Decreto Supremo N° 345-2018-EF), la cual ha definido cinco pilares y nueve objetivos prioritarios y sus lineamientos. Uno de ellos es “incrementar la eficacia de la inversión pública y privada en innovación, absorción tecnológica y digitalización”. Así, creemos que la eficacia de este tipo de inversión está en la identificación de proyectos de inversión que reduzcan de brechas, pero esto no es posible sin un acercamiento entre los actores basado en la confianza.

El mecanismo de Obras por Impuestos es una oportunidad para generar esa confianza o afianzarla, además impulsa una participación responsable y estratégica de los actores públicos y privados en la reducción de brechas y crecimiento del país. Pero será la confianza mutua y un objetivo común lo que favorecerá el desarrollo de un entorno en donde cada vez más empresas y universidades hablen el mismo lenguaje.